Messi y la decepción visceral
Ver a Messi vomitar ya es habitual. Podría ser por un desarreglo emocional.

Ana Lombard es terapeuta en “Gestión del estrés y bloqueos físicos y emocionales”. Ella ha sido capaz de encontrar una explicación a los vómitos que padece Messi. “Está sufriendo lo que se llamaría ‘Decepción Visceral’, que es una traba emocional que también afecta al cuerpo físico y a nuestras capacidades. Es como si hubiera vivido una situación decepcionante que lo afecto profundamente y por ello haya dejado de creer en sus aptitudes”, explica.

La terapeuta añade: “El sistema digestivo, que está comunicado con el cerebral pero que funciona de forma autónoma, es nuestro cerebro emocional. Los seres humanos vivimos nuestras emociones a través de nuestro sistema digestivo. No es casualidad que jugadores de alto nivel que soportan una gran presión tengan desarreglos en este sistema digestivo, llegando a padecer vómitos o náuseas con frecuencia. Cuando existe un sentimiento muy profundo y desagradable que no se ha podido digerir, el cuerpo lo devuelve.

La emoción negativa mal digerida es como un trozo de carne dura que no se puede masticar bien y que al tragar, uno tiene la sensación de estar ingiriendo una piedra que daña el tubo digestivo y el estómago”.

Lombard agrega: “Cuando no somos capaces de aceptar y entender una emoción, ésta se vuelve algo ‘duro’ y ‘amargo’ que en muchas ocasiones, por educación, acabamos tragando cuando en realidad deberíamos devolverlo. El cuerpo físico solo simula lo que nuestro cuerpo emocional no ha sabido gestionar”.

Para Lombard, el problema de Leo tiene solución: “Mi opinión profesional es que un gran jugador como Messi debe volver a reconciliarse con sus capacidades y valores, uniendo las sensaciones y los sentimientos ((equilibrio entre lo físico y lo emocional). Como es un gran profesional y no existe un problema técnico o físico en él que le impida volver a rendir, recuperará sus capacidades sin dificultad, ya que éstas son innatas”.